Sí, es nuestra forma de titular el artículo de la manera más sutil posible. A veces, se da la situación de encontrarnos frente a frente con esa clase de personas con las que no irías de cañas nada más terminar tu jornada laboral. Con estos consejos para una entrevista de trabajo que se presenta compleja, sortearás el problema.
¿Y si el entrevistador carece de emociones?, ¿Y si resulta imposible acceder a ellos/as? Para que no pierdas la esperanza, hoy trataremos algunos aspectos clave para una sitación peculiar aunque real como cualquier otra.
Tú eres un puñado de nervios que acude a la entrevista con todas las expectativas puestas en conseguir llamar la atención, tanto en el trato como en la presentación de tu currículum. Sin embargo, a veces nos topamos con un muro inesperado.
El entrevistador; aparentemente preparado para empatizar, analizar y determinar la mejor opción.
El entrevistador es una persona como cualquier otra, esta es la primera norma que debes comprender. Son seres humanos que, por difícil que resulte en algunas ocasiones, tienen emociones, razonan y piensan.
Ahora bien, si entre nuestros compañeros ya los hay difíciles de tratar, imagina cómo sería enfrentarse en una reunión donde tu futuro profesional depende de la impresión que generes a un tipo con estos rasgos.
No obstante, al igual que un compañero es difícil, el jefe un completo inútil y el que cogía las llamadas en recepción no sabe vestirse por las mañanas sin ayuda, tú sabes darle a cada uno lo que necesita si te interesa, ¿Cierto?
¡Hagamos lo mismo! Ganarse a las personas es una simple cuestión de interés por tu parte. Si quieres el trabajo, empatiza tú más, sé más accesible, cercano y mantén siempre el trato que ellos esperan recibir de ti, aunque no sea el que estás acostumbrado a dar.
¿Qué harías si el entrevistador/a fuera un completo idiota? Analicemos opciones.
Asumamos que la primera impresión que nos ha dado el entrevistador no es la adecuada, intuimos que hoy no es su día y por consiguiente y desgracia para nosotros, es probable que nos amargue el nuestro.
Para servirte de guía, estos son los patrones que suelen llevar a cabo tanto reclutadores como entrevistadores como cualquier otra persona que conozcas;
- Indiferencia. Se ha leído el currículum porque le pagan por hacerlo, pero no ha destacado nada de él ni ha prestado atención. Te lo demostrará con preguntas absurdas que ya están respondidas en el propio documento que le has entregado.
- Educación. Quizá se ha levantado con el pie izquierdo, quizá sea así todos los días. El caso es que no se ha dignado ni a mirarte cuando has entrado y ni mucho menos te ha saludado.
- Soberbia. El puesto es uno más, pero la persona que tienes enfrente puede creer que la compañía es suya o se sustenta gracias a él/ella.
- Empatía. No existe. Parece que se olvidó de desarrollar esta habilidad social. No sonríen, no preguntan, no se interesan por ti y ni mucho menos se molestarán en conocerte.
¿Qué hacemos cuando sucede esto? Imagina la situación. Entras en el despacho, con un currículum completamente trabajado, esperando y confiando que se han leído tu carta de presentación. Y te encuentras con un tipo/a que solo piensa en acabar el día.
Eso por no hablar de tu miedo, tu esfuerzo por no morir de un ataque de nervios y cuyos consejos ya tratamos en este post que te recomendamos leer.
¡¿Qué hacemos?! El entrevistador no nos va a ayudar
Pero nadie te dijo que fuera imposible, nadie te regaló la llamada que ha hecho que te sientes ahora en esa silla y te enfrentes a ellos. ¿Sabes qué ha sido? Tú.
Puede que esa persona no se haya interesado por ti, pero alguien de selección de personal sí, y por eso estás ahí. De ahí nuestro interés por ofrecerte estos consejos para una entrevista de trabajo especial como la que tienes frente a ti.
Puede que no sea el día del entrevistador, pero nadie habló de que no fuera el tuyo. Si ellos no prestan voluntad, dales algo que les despierte.
En su día hablamos de lo que no debías contar en una entrevista de trabajo, pero lo que no sabes es que para conseguir un empleo existen infinidad de combinaciones y fórmulas que proporcionarán siempre un valor añadido.
Utiliza la información que ellos mismos te proporcionan
Sus gestos, su falta de interés, su carencia de emociones y la mala educación, son algunos de los aspectos clave por los que puedes crear un patrón de comportamiento concreto.
Si el entrevistador se ve cansado, desmotivado y deseando que le cuentes tu vida cuanto antes para irse a almorzar, quizá sea buena idea guardarte tu repertorio de frases y darle lo que quiere.
Ofrécete como la mejor opción, empatiza con el terrible esfuerzo que debe soportar entre tanta entrevista y dale la solución a que deje de buscar más.
Cuando es la educación lo que le falla, ni mucho menos te iguales, pero tampoco hagas que se sientan mal y ni mucho menos perciban que te molesta su actitud. “Son dioses”, para ti, en ese momento. Sé amable, correcto y no le preguntes por su familia.
Tú quieres el trabajo y ellos terminar
Recuerda que estamos hablando de ese entrevistador complicado, ni mucho menos es la tónica habitual, pero sí es recomendable ser conscientes de que la probabilidad de toparte con ellos existe.
No decaigas, no te desesperes y ni mucho menos desistas. En las entrevistas pueden suceder muchas cosas, pero tienes que saber que un alto porcentaje dependerá de cómo enfoques tú la situación.
Con estos consejos para una entrevista de trabajo donde no las tienes todas contigo, estamos convencidos de que sabrás sortear los obstáculos y hacerte con el entrevistador como ya hiciste cuando despertaste el interés de la empresa al llamarte.
Y si quieres más y mejor preparación, siempre puedes recurrir a nuestro coaching laboral, una de las mejores formas para llegar con todo listo a la hora de encontrar trabajo.