compromiso en la empresa

Compromiso en la empresa, ¿Dónde está el límite?

A las personas les gusta la gente comprometida, más si cabe a aquellas que dirigen una empresa. No nos engañemos, seremos más libres, tendremos más derechos y todos los mecanismos para hacer el trabajo digno y en condiciones. Ahora bien, el compromiso en la empresa ha de ser óptimo y de calidad.

Hay referencias y fuentes en la red donde se recomienda a las personas a comprometerse cada vez más con la empresa, incluso hay quiénes proponen dedicar más tiempo del acordado en el contrato. ¿Es correcta esta actitud?, ¿Tenemos que ofrecerle todo lo que tenemos al plano laboral?, ¿Y qué hay del personal?

En CvTop ya sabes que nos encanta lanzar consejos sobre cuál es la mejor forma de redactar un currículum e incluso las formas con las que debes acudir a tu primera entrevista de trabajo. Sin embargo, también hay que centrarse en estas cuestiones, en los límites que hay que poner sea cual fuere tu sector profesional.

Compromiso por la empresa y por qué es necesario

Una de las mejores características de una compañía radica en sus plantillas, en el ambiente de trabajo que genera y los resultados que ofrece en cuanto a trato y eficiencia, desde cadenas de montaje hasta hostelería.

Pero no nos tenemos que ir tan lejos para comprobar la utilidad y conveniencia de estar comprometidos con la empresa. Una simple panadería local, una tienda de moda o la cafetería de la esquina. Todas ellas permanecerán en nuestro recuerdo porque había empleados que su simple actitud y trato provocaba que volviéramos una y otra vez.

Estar comprometidos con la empresa implica actuar en nombre de ella, en pro de sus intereses. Una persona comprometida no llegará tarde ni tampoco pondrá en riesgo la imagen corporativa. Es decir, ofreceremos nuestra experiencia, trato y habilidades en beneficio de quién nos paga y el cliente.

Ahora bien, ¿Es necesario mantener tan alto grado de compromiso? Tenemos la suerte de vivir en una sociedad donde podemos encontrar ejemplos prácticamente de todo, desde casos increíblemente buenos hasta otros que demuestran todo lo que no hay que hacer.

Si nos centramos en por qué es necesario, te diremos que la razón se ubica principalmente en el devenir de la propia empresa. Si somos profesionales comprometidos, tendremos clientes agradecidos, servicios reconocidos y una popularidad bien merecida. ¡Así de sencillo!

Las dos caras del compromiso con la empresa

Una de las principales razones por las que muchos optan por evitar el compromiso 100% con la empresa es por la facilidad que tiene esta de absorbernos. Existe un refrán que dice que si damos la mano nos tomarán el brazo. ¡Y tiene toda la razón!

Ofrecerte voluntario para todas las tareas e iniciativas de la empresa podría provocar que termines viviendo en ella, perdiendo tiempo para ti y afectando al plano personal mucho más de lo que imaginas.

Por otra parte, la falsa promesa de un futuro, salario y condiciones mejores, a cambio de un esfuerzo y compromiso mayor ahora, podrían generar en ti una sensación de frustración a medida que compruebas que las recompensas por tu involucración no llegan nunca. El síndrome del trabajador quemado, te interesa conocerlo.

Terminarás renunciando a tus días de descanso, optarás por mantenerte siempre al servicio de la empresa y poco a poco irás perdiendo el equilibrio que tantas veces hemos defendido y recomendado.

¿Cómo podemos saber si estamos sobrepasando el límite?

Hay trabajos en los que la responsabilidad adquirida requiere de un compromiso especial, un pacto sellado con antelación entre ambas partes. Sin embargo, en la mayoría de ocasiones esta situación se da por asumida en puestos de menor responsabilidad.

Si nos quejamos corremos el riesgo de perder el puesto de trabajo, si aceptamos todas y cada una de las demandas de nuestros superiores, pasaremos a ser esclavos de la marca que representamos. Entonces, ¿Dónde está el equilibrio?, ¿Qué podemos hacer para garantizar nuestro rendimiento sin afectar al plano personal?

Para poder comprender la situación en la que nos encontramos y conocer si estamos sobrepasando los límites será necesario que antes hagamos un análisis de situación completo, recogiendo todas y cada una de las tareas y responsabilidades que ahora mismo tenemos en la empresa:

  • Tiempo. ¿Te limitas a trabajar dentro de las horas establecidas o estás siempre conectado/a? A veces no nos detenemos a pensar en este aspecto y creemos que lo normal es responder correos y llamadas incluso en nuestros días de descanso.
  • Responsabilidad. ¿Tu puesto de trabajo implica que asumas toda la responsabilidad? Si no posees un cargo intermedio/alto, quizá estén delegando en ti muchas tareas que realmente no te corresponden, haciendo que tengas que extender al máximo tu jornada para dar cabida a todas y cada una de sus necesidades.
  • Salario. ¿Recibes algún complemento que reconozca tu esfuerzo? Hay compañeros que harán las mismas horas y recibirán los mismos salarios, sin embargo, ellos no tienen la misma responsabilidad que tú, ¿Por qué?
  • Promesas. Fijarnos objetivos y darlo todo durante un plazo de tiempo determinado puede ser la mejor solución para alcanzarlos cuanto antes. No obstante, revisa cuánto tiempo llevas apostando por el compromiso en la empresa y qué resultados has obtenido. ¿Merece la pena?
  • Vida personal. Si no tienes apenas tiempo para dedicarlo a ti y a tu familia, ¿Crees que es buena idea continuar sacrificándote? Un trabajo absorbente se caracteriza por ser un ladrón del tiempo excepcional. Si tu vida gira en torno a tu mundo profesional, algo estás haciendo mal. Quizá pasaste los límites hace tiempo.

Todos estos aspectos son puntos que deben ser analizados, tanto por tu bien como para mantener siempre el contacto con la verdadera realidad. La empresa puede requerir de tu compromiso adicional en momentos puntuales, pero bajo ningún concepto debes permitir que lo haga de forma permanente.

Evita convertirte en un esclavo del tiempo y de tu empresa

Una de las mejores formas de evitar caer en este circulo vicioso profesional es mantenernos siempre lo más alejados posible de cualquier tentación que pudiera tener la compañía. Y cuando hablamos de compañía también incluimos a quiénes la representan, es decir, a tus superiores.

Aunque todo el mundo se empeñe en negarlo, cuánto más ofrezcas y demuestres, mayor atención prestarán en ti. Y repetimos, demostrar tus cualidades profesionales es tremendamente necesario, pero hasta cierto punto y siempre evitando que se aprovechen de ello.

Si tú no quieres o sabes perfectamente que no vas a prosperar en su jerarquía, ¿Para qué tentarles ofreciendo tu tiempo libre? No es cuestión de ser egoístas pero, como puedes ver, muchos trabajadores invierten toda su ilusión y energías en mantener una empresa que no es de ellos, en asumir roles que no les corresponden y en allanarles el camino a superiores que no lo merecen.

Y todo ello a cambio de nada, de promesas de futuro y, en el mejor de los casos, un pequeño agradecimiento en forma verbal. ¿Realmente crees que merece la pena seguir tan comprometidos con la empresa? Sigue tu instinto, da lo mejor de ti pero siempre limitándote a las condiciones pactadas en tu contrato.

Todo lo que hagas de más será única y exclusivamente responsabilidad tuya. A nadie le amarga un dulce y, a pesar de las necesidades que pudiéramos tener cada uno de nosotros, busca alternativas profesionales si crees que en la empresa actual es imposible la conciliación.

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